Hace unos meses se desató un pequeño escándalo que tenía que ver con una medalla y un lobby. El escándalo era más por lo del lobby que por la medalla. ¿Cómo puede haber lobbies, cómo se puede hacer todo de manera tan evidente?, era lo que nos preguntábamos muchos comentaristas (colegiados y no) sin ver la viga en el ojo propio.
Manuel S. Jardí ha traído su viga, que también es mía por vivir en la misma zona del planeta que él: “Desprovista del protocolo, la megafonía y el reglamento, la política valenciana, si tal existe, apenas despierta interés entre el pensionista más ocioso. El Gobierno valenciano es de mentira y el supuesto debate de pasado mañana en las Cortes, puro simulacro. Sus señorías deberían implicarse más: esta enmienda a la totalidad está patrocinada por ACS-Dragados; interpelación de Ferrovial; moción de Lubasa; interviene un diputado de Bautista Soler, tiene la palabra el portavoz de Construcciones y Contratas… en fin, sin interés pero más auténtico.”
Geranios a extinguir.