Felix de Azúa escribe un hermoso artículo sobre el viaje que nos ha llevado desde los primeros descubridores hasta hoy, cuando toda aventura es interna, la quimera es un lenguaje criptográfico y el futuro un combinado químico navengasdo nuestras venas: “Bien podría decirse que aquéllos fueron los últimos viajes realizados por individuos, aunque restos de aventura personal se arrastran hasta el romanticismo. [...] De eso se trataba, de experiencias singulares, sin posibilidad alguna de extenderse a colectivas. Diría yo que una última voz de tipo singular es la de Casanova navegando por el último océano desconocido, el sexo femenino, hoy ya explorado por completo y urbanizado como “género”. Todavía en las Memorias del veneciano se oye la voz del que ve y siente algo que aún no es público, aunque pronto lo será.” Léanselo que no tiene desperdicio.
Los nuevos Nuevos mundos.