Descubrí hace apenas un par de años, que Tamara de Lempicka había sido una pintora célebre en la Europa de los años treinta, en los círculos de la burguesía rica, que disputaban ser retratados por ella, y me sorprendió el olvido en el que cayó después, así como su gran ausencia de los libros de conocimiento y arte.
Higinio Polo no rezuma demasiada amabilidad en su valoración sobre la obra y vida de Lempicka, y no acabo de discernir cuál de los siguientes aspectos le pesa más en su apreciación: el carácter que él denomina ausente de los personajes que retrató, su intensa y sexualmente activa forma de vida o el hecho de que se hubiera declarado anti-bolchevique.
Tamara de Lempicka: Arte, sexo y cocaína
2004-09-10 12:21 Tal vez a alguno pueda interesarle su obra: http://cgfa.sunsite.dk/lempicka/
2004-09-10 18:27 El artículo rezuma rencor. La dicotomía autor-personaje hace que se diluya una escasamente construida crítica de arte en un mar de anecdotas morbosas. Yo me confieso, soy amante de la pintura de Lempicka. Tal vez su frialdad y su trazo, tal vez su acercamiento a Marinetti, tal vez cualquier cosa. La banalización que Higinio hace de su pintura relegandola a motivo de cartelería tal vez se sorprendería encontrando en esas colecciones de carteles generosas propuestas de los autores que él insunúa como “verdaderos”. Picaso (sin ánimo de comparar) será considerado un genio eternamente y sin embargo nadie se rasga las vestiduras por su megalomanía ni por su incontinencia sexual, supongo que ser hombre también supone ciertos derechos en el mundo del arte. Gracias Carmen (hace mucho tiempo). Gracias Cayetano.