Ocurre que algunas deslocalizaciones se hacen amparadas en la utilización de las TIC como medio y fin en sí mismo, lo que hace que se camuflen en formas de teletrabajo, tan versátil, flexible y cajón-de-pongotodo. Y ocurre también, como sugiere
Juan Varela para el caso del periodismo, que esta posibilidad además de permitir un ahorro de costos considerable a los medios de comunicación, podría aportar como atractivo el ajuste a los diferentes usos horarios y la mayor riqueza de perspectivas y conocimiento cultural.
Avanza la deslocalización de los medios. El anuncio ya está escrito:
“Se buscan periodistas y editores dispuestos para el teletrabajo y con amplia disponibilidad horaria”.