Francisco Bejarano: “No sé cuántas veces me han preguntado ya que dónde voy a ir este verano. A ninguna parte. Me gustaría ir, con muchas comodidades y servidumbre, a Islandia, a Groenlandia, a las islas Malvinas, pero están demasiado lejos y no conozco allí a nadie. Ir a ciudades lejanas sin tener amigos en el lugar es andar desconcertado, con información libresca como un turista corriente. La felicidad, como diría el filósofo, nos espera sin duda en alguna parte, pero a condición de que no vayamos a buscarla, porque entonces huye de nosotros. Los pocos momentos de felicidad encontrados fueron casuales y la idea de que fueron felices se la ha dado el tiempo.”
Los viajes.