“Desde que los terroristas islámicos suicidas, al grito de ’¡Alá es bueno!’, estrellaron los aviones comerciales repletos de pasajeros contra miles de almas inocentes, en Nueva York y Washington, el pasado 11 de septiembre, el nombre de Dios se ha convertido en consigna de atrocidades”. Es un buen comienzo el de Rojas Marcos para un artículo, pero yo matizaría que el nombre de Dios se ha convertido en sustentador de barbaries desde que se inventaron las religiones.
En nombre de Dios.