Felipe Romero: “si el liberalismo económico además de ser la doctrina dominante es la correcta, ¿porqué no permitimos el dopaje? Una respuesta es que daña el organismo humano. Conforme, pero también daña a los organismos humanos la deslocalización, los accidentes laborales, trabajar 45 horas en lugar de 35 o el trabajo infantil. De hecho, la apuesta liberal es desregularizar el mercado de trabajo para que cada uno decida, de forma autónoma y en una relación de igualdad con el empleador, la dedicación que desea dar al trabajo. Otra respuesta es que daña la igualdad de oportunidades: los atletas de países occidentales tendrán acceso a los mejores productos. ¿Quizás podrían ponerse a disposición de todos los atletas los fármacos más avanzados? No, pues desincentivaríamos la inversión: el mismo motivo por el que las patentes contra el SIDA deben estar protegidas, pues si no los laboratorios no invertirían en su desarrollo. No hay que preocuparse en todo caso. La doctrina liberal nos dice que años después el coste de fabricación de las nuevas sustancias dopantes disminuiría, de forma que finalmente podrán acceder todos.”
Liberalismo y dopaje.