Opino que la siesta debería de ser obligatoria para todo el mundo; al mismo tiempo me quejo de que todo tenga que cerrar a las dos y el día quede partido por la mitad. En otras palabras, siesta sí, pero sólo cuando me apetece a mí. Considero que esta actitud me hace profundamente español.
Félix J. Palma es tan español como yo, pero más abierto a nuestros conciudadanos. El lo que quiere es promulgar la saludable siesta como bien común, que quien quiera tenga derecho a disfrutarla. Incluso cita empresas norteamericanas que la incluyen como derecho de sus trabajadores, para intentar convencernos de que no se trata de una peculiaridad ibérica, digna del destierro o el olvido. He aquí su siesta perfecta: “debe efectuarse sobre una cama sin deshacer, con la persiana bajada lo justo para sumir la habitación en una penumbra apacible pero no en una noche cerrada, y su duración debe ser como mucho de un par de horas, el tiempo suficiente para puentear la tarde, pero se trata únicamente de una opinión personal que muchos de ustedes no compartirán.”
La siesta.
2004-08-24 12:48 Ay! no hay nada como comerse un buen cocido de garbanzos de mi abuela, bien caliente un mediodía en verano, con 50 grados en la calle. Después de un buen gazpacho, lo único que el organismo puede hacer, es dormir la siesta. Tres horitas y después se ve la vida de forma diferente :) Saludos.