Las cuentas de Pinochet, de
Tomás Eloy Martínez: “Es improbable que vaya a prisión alguna, excepto la que le impone la corrosión de su cuerpo, pero las multas serían implacables y arruinarían el imperio secreto que construyó para enriquecer a su familia. Hasta hace dos o tres años, Pinochet seguía siendo, para un tercio o más de los chilenos, un dictador sanguinario
eso sí, pero que había instaurado al menos un modelo económico que permitió el crecimiento ordenado y constante de su país, libre de las corrupciones y saqueos propios de otros regímenes militares. Las cuentas del Riggs y las señales abrumadoras de su codicia han terminado por convertirlo en un leproso. Ya nadie lo defiende, ni siquiera aquellos que invocaban su ejemplo, como Margaret Thatcher o Joaquín Lavín Cerda, alcalde de Santiago y candidato a la presidencia.”
2004-08-21 12:48 Supongo que cuando se tiene cierta benevolencia con las personas mayores en determinadas ocasiones es porque, ya ancianos, las personas son mucho más transigentes y después de una vida entera, pueden sopesar sus errores; pero en el caso de Pinochet, no entiendo porqué no se le juzga con las más duras consecuencias. La razón era su enfermedad senil, pero a nadie se nos olvida, las imágenes de hace una mes, donde le hacían una entrevista, y tenía sus facultades mentales mucho mejores que las mías: encima hacía apología y ensalzaba todo su temible curriculo. Ahora este caso de amasamiento de dinero. Desde luego si a este hombre no se le juzga duramente, nadie más en el mundo debería serlo. Saludos.