Joan de Sagarra está de vacaciones en Espot, se da una vuelta por Sort y descubre que cerca, en Pujalt, existe un Museo de las Mariposas de Catalunya. Inmediatamente me lo apunto (y lo anoto aquí, también), ya que soy un gran aficionado a las colecciones de historia natural (en Santiago de Compostela tienen, perfectamente preservado y montado, el esqueleto de una gallina de corral del siglo XIX). (Por cierto, para los aficionados a las ciencias y a la historia de las ciencias, recomiendo los libros de Andrea Barrett:
El viaje del Narwhal acaba de ser publicado en español). En fin, que Segarra también tiene afición: “Durante más de 40 años, hasta hace un par de veranos para ser exacto, he sido un cazador de mariposas furtivo (sin el correspondiente permiso de la Generalitat), un vulgar delincuente científico o pseudocientífico susceptible de ser detenido nada más y nada menos que por un agente de la Interpol. ¡Más de 40 años cazando el Parnassius apollo no soy el único del pueblo y sin enterarme de que se trata de una especie rigurosamente protegida! Prometo solemnemente no volver a hacerlo nunca más…, no sea que me pille un agente de la Interpol, aunque, puestos a pillarme, siempre es más agradecido que me pille un agente de la Interpol que un guardia de la Conselleria de Medi Ambient de la Generalitat.”
La mariposa y la Interpol.