John Berger: “Si la consideramos un acto político, esta cinta puede ser un hito histórico. Pero para entenderla en este sentido, se requiere cierta perspectiva del futuro. Vivir en el plano cerrado de las últimas noticias, como viven casi todos los formadores de opinión, reduce la perspectiva: todo es barullo, y nada más. A contrapelo, la película intenta contribuir a un cambio en la historia del mundo. Es una obra inspirada en la esperanza [...] El propósito de
Fahrenheit 9/11 es evitar que Bush se robe las elecciones, como se robó las últimas. Su foco está situado en la guerra de Irak, totalmente injustificada. Pero la conclusión es más vasta que cualquiera de estos aspectos. Esta declara que una economía política que crea una riqueza rampante (de proporciones colosales) rodeada de una creciente y desastrosa pobreza, requiere
para sobrevivir una guerra continua con un enemigo extranjero inventado si pretende mantener su propio orden y su seguridad interna. Una guerra interminable es lo que necesita.”
La obra de un patriota.