Hace unos años, ante la noticia de que se habían hallado restos de una nave espacial en Tunguska, me lanzaría como loco a nutrir la noticia y alimentar la esperanza de que esta vez fuese verdad. Ahora ya no.
Luis Alfonso Gámez hace un poco de historia y se remonta a 1908, cuando algo hizo explosión en esa zona y arrasó más de dos mil kilómetros cuadrados de bosque, y recuerda otros sucesos achacados a alienígenas que no lo fueron: “La historia de la nave espacial accidentada en Siberia es más antigua que la de Roswell; más antigua que el mito de los platillos volantes. El primero que habla de ella es Alexandr Kazantsev en 1946. Así lo reconoce la mayoría de los autores que después han abrazado la idea del ovni estrellado.”
Los restos hallados en Tunguska pueden ser de una nave espacial.