Al parecer, a un preso británico, con amplio historial de delitos sexuales, le han tocado diez millones de euros en la lotería. Lo que sigue es más propio de Nerón que de un gobernante democrático: “Pero molesta más si el afortunado es un pervertido que lleva 15 años en la cárcel por varios delitos sexuales, que empezó a cometer cuando tenía 20. Y que echó el boleto en uno de sus días de permiso, uno de esos favores que hace la sociedad no pervertida hasta a los peores bichos. Así que al ministro de Interior se le hinchó la cabeza de rabia hasta que le explotó en un artículo publicado en el diario The Sun, en el que promete que Hoare será el último preso que cobre un premio. Se ha librado por los pelos, porque su Gobierno no va a permitir esas injusticias que comete el destino, que debe de ser medio anarquista y también un poco pervertido. El ministro se va a vengar por todos. Los presos pueden seguir jugando a la lotería, a las quinielas o a lo que les dé gana. Faltaría más. Pero no tocarán ni un penique si les toca.”
Contra el azar, de
David Álvarez.