Luis Rubio habla de lo que resulta una tendencia general de mastodóntica fuerza y tenacidad: la resistencia al cambio.
México: Un país que se rehúsa a cambiar: “Pero la política mexicana sigue siendo premoderna. No sólo dominan actitudes antropofágicas, sino que todo parece evolucionar (¿o tal vez involucionar?) hacia mayores grados de inflexibilidad, una menor capacidad de negociación y una menor tolerancia. Hace no mucho tiempo, el editor del principal diario holandés comentaba en un artículo que la multiplicidad de partidos en su país hacía altamente improbable para cualquiera alcanzar una mayoría absoluta, razón por la cual, añadía, ningún político se atrevería jamás a insultar a otro, pues bien podría ser el socio de una futura coalición. Los políticos toman posturas contrastantes, unos critican las posturas de los otros, pero jamás llegan al insulto personal o a la descalificación. Esa anécdota, evidente para cualquier político parlamentario, resulta inconcebible en nuestro país.” ¿Les suena?