Sostiene
José Javaloyes que la retirada precipitada de las tropas de Iral está trayendo indeseables consecuencias en las relaciones internacionales, como la tensión gibraltareña; dice que se debe a una política de impulsos y en cierto modo infantil. Yo no estoy de acuerdo, pero no puedo evitar darle parte de razón tras ver el doble rasero del Gobierno en el envío de tropas a Afganistán con el único motivo de paliar los efectos adversos de la retirada iraquí.
Actos gratuitos: “La heterogeneidad de la base parlamentaria, de una parte; la concurrencia electoral con un programa de máximos de alternativa, desde la idea de que las elecciones no se iban a ganar, lo que trivializaba la conciencia de compromiso; la fuerte ideologización que subyacía en los énfasis centrales de la campaña, polarizados en la protesta contra la guerra de Iraq, no podían desembocar en otra cosa que en esa dinámica gestual, bajada directamente de la pancarta compartida con lo que el general De Gaulle llamaba “el partido del extranjero”, cuando no quería aludir a los comunistas por su nombre.”