Juan Francisco Martín Seco escribe sobre los lobbies, su uso y abuso. Lo que no sé es cómo mantenemos a la gente que los utiliza (diplomáticos, multinacionales, cualquier interés particular) alejados de los políticos. Ya vimos el año pasado que aquí también funcionan: ahí está lo de la asamblea de Madrid. “Lo que me ha parecido peor es la naturalidad con que, en general, se ha aceptado que las cosas en EEUU funcionan así. Y una cosa es que funcionen así, que no lo dudo, y otra que lo asumamos y continuemos hablando de América como de una democracia. Si una medalla del Congreso vale dos millones de dólares, ¿cuál es el precio para conseguir la aprobación de una ley?, ¿cuánto vale el cargo de magistrado del Tribunal Supremo, y qué suma hay que desembolsar para ser elegido presidente de EEUU?, ¿cuánto cuesta bloquear en el Consejo de Seguridad de la ONU una condena, como por ejemplo la de Israel, o qué cantidad hay que invertir para desencadenar una guerra como la de Iraq?”
De medallas y otros menesteres.