La educación en la comunicación es esencial si se quiere seguir viviendo en democracia. Así como la democracia tiene como requisito la información, es importante también saber de dónde, cómo y por qué llegan los mensajes, así como el funcionamiento de las estructuras (tecnológicas, económicas, ideológicas) que los emiten.
Roberto Aparici escribe sobre esto en
La reinvención de la educomunicación, donde dice que hay varios tipos de educomunicadores: “TERCER MODELO: los educomunicadores centran su trabajo en el análisis de medios. El objetivo es formar un analista como si se tratara de un crítico de cine, televisión, radio, multimedia
.Se utilizan desde métodos sencillos de análisis de contenidos hasta estudios más complejos que incluyen análisis de audiencias, las empresas de los medios, las agencias. Este modelo puede ser interesante si también se incluye un análisis de carácter económico y político con el fin de conocer la trama organizacional de las comunicaciones y las tecnologías. Un tema fundamental es el estudio de la consecuencias de la concentración de medios y empresas financieras , telefonías, etc. , y el desarrollo organizacional de estrategias ciudadanas ante estas nuevas situaciones que se dan a escala mundial.”