Oiremos, veremos y leeremos mucho sobre Carmen Ordóñez en los días que vienen. No me voy a meter en asuntos de su vida. Lo que me interesa es la falta de un pensamiento más o menos serio sobre el famoseo, las condiciones sociales en las que crece (digamos el medio ambiente en el que evoluciona), y su triunfo (como especie dominante). Luis Antonio de Villena apunta algunas ideas. “La idea de que todo se hace para ser contemplado y no para ser pensado ni analizado, es decir que todo ocurre para ser visto y no para ser leído.” [...] “Surge el problema -se abre- cuando uno empieza a vender a esa llamada prensa del corazón (hoy más televisiva que periodística) exclusivas caras sobre sus amoríos, en función de una fama que se vuelve propia, aunque provenga únicamente de quienes están o estuvieron a su alrededor. La fama, en ese momento, está ya desvalorizada. Si vendes tu intimidad, estás vendiendo con ella tu libertad, te des cuenta o no, y también el respeto que te pueden y deben guardar.” Harapos de oro. [Requiere suscripción gratuita.]