Histórica y mayoritariamente los pueblos conquistados por culturas más evolucionadas —entendiendo esto con todas las reservas y en su acepción occidental: civilización, tecnología, cultura…— han sido tratados como animales —irracionales— y por lo tanto sufrieron el mismo destino: desaparición, sometimiento, enclaustramiento, separación. Son, en nuestro subconsciente en el mejor de los casos, razas inferiores, seres con algunos derechos por su aspecto humanoide, pero innecesarios y prescindibles: no saben construir un ordenador, no pintan lienzos, no filman películas. Juan Carlos Galindo habla de la situación de los bosquimanos en Namibia y Botswana: “La administración central argumenta que los bosquimanos han violado los límites establecidos para la caza en esa zona del país. Paradójicamente, después de perder sus ancestrales tierras, los bosquimanos han visto cómo se les obligaba a cazar un máximo de tres piezas al año, cantidad a todas luces insuficiente para vivir. Además, se trataba de especies que no estaban en peligro de extinción. Es más, en esa zona el gobierno de Botswana ha abierto diversos campos de caza para turistas occidentales.” La lucha por la supervivencia del pueblo más antiguo del Planeta.