Ángeles Díez diserta sobre cómo uno de los efectos del actual sistema de ordenación mundial es la institucionalización de la guerra y la justificación o deshumanización de la misma por el progreso económico y el desarrollo de la civilización. Y ahí entra en juego la lógica de la tortura y el secuestro como instrumentos. “Los manuales de la CIA en los setenta y ochenta describían con lujo de detalles las “técnicas coercitivas” que hemos visto recientemente en Irak”
La tortura como procedimiento utiliza en su denuncia los escenarios de Guantánamo y Abu Grai como en los que “la justicia y los propios derechos humanos no son sino barreras, más o menos éticas, que hay que sortear para poder realizar sus objetivos; sean estos hacerse con las reservas de petróleo, impulsar la industria de armas o que los amigos hagan negocio”.