Manu Leguineche: “Fue una de las grandes tragedias del siglo XX y una de las vergüenzas de Occidente en ese periodo, porque Estados Unidos o la Gran Bretaña se desentendieron de la insurrección de los patriotas. 20.000 efectivos de la guerrilla y entre 150.000 y 250.000 civiles polacos murieron en la revuelta. Los polacos sabían cómo se las gastaba Stalin, que había matado a 28.000 oficiales en las fosas de Katyn, la flor y nata del ejército polaco. El objetivo de la resistencia no era tanto expulsar a los nazis cuanto consolidar una Polonia independiente. Los soviéticos asistieron impasibles desde el otro lado del río viendo cómo los nazis, las SS, exterminaban a la resistencia. Estábamos cansados, se justificaron los rusos. Hitler le hizo el trabajo sucio a Stalin, elimina a los polacos que sabe que se opondrán a él cuando lleguen sus blindados.”
Varsovia 44, revuelta olvidada.