El de la edición es un mundo viciado, lento y extraño. Y, como todo, tomado por el mercado.
Juan Varela analiza lo hablado en un encuentro de editores latinoamericanos: “A los editores latinoamericanos, lo que más les preocupa es la falta de librerías, la piratería y el fomento de la lectura]...]. Sólo en tercer lugar surge la desaparición del lector en un territorio asolado por la pobreza material y cultural. A los editores latinoamericanos, capitaneados por los editores españoles, líderes de la edición en Latinoamérica, les preocupa más la caída de ventas que la desaparición del lector. La mengua de beneficios que la influencia de las sectas y sus libros sagrados de mentira y fanatismo. El ritmo de edición frente al entierro de los libros verdaderos entre el marasmo de best sellers. Otra vez la piratería como fuente de todos los males. ¿Es que esperan que los pobres gasten más plata en libros? Países como Uruguay, Argentina o Colombia fueron en otra época islas de lectura pobladas por lectores apasionados y ansiosos, atentos a las novedades y los lanzamientosde los mandarines. Hoy el precio de los libros y los salarios de mierda no dan para más.”
Los editores avaros.