F.P. Puche: “Es inútil pensar que Bernat Soria es feliz trabajando en Singapur por más que juegue al dominó con un embajador valenciano como Paco Rabena. Pero no se pueden esperar: entre cóctel y cóctel, después de saludar a una docena de consejeros delegados, lo que quieren los científicos es tener recursos para trabajar ya: que les dejen de batallas electorales y monsergas, necesitan ser juiciosamente libres y tener a su alcance la capacidad de avanzar en un mundo de competición extrema donde lo que no hagas hoy sabes que te lo han hecho hoy mismo en Corea, Chicago o Pakistán. Eso esperan. Junto con el respeto de una sociedad a la que entienden que le deben el retorno social de los beneficios de cuanto investigan.”
Ciencia, política y religión.