En el pasado, era suficiente con que una ciudad se convirtiese en museo de si misma (como Venecia) para atraer al turismo cultural. Hoy ya no. Las ciudades que quieren entrar en ese negocio tienen que ofrecer algo más que su propio pasado. Tienen que atraer artistas jóvenes (que lo sean o quieran serlo), una movida, un presente interesante. Y en todos los frentes culturales. Es el modelo de Barcelona, Londres, París, Berlín, Praga.
Alfonso Contreras Abad escribe sobre el dilema en el que se encuentra Córdoba a la hora de elegir la manera de abrirse al mercado. Pero sólo pide que alguien invente un plan estratégico. Hay que crear un presente, con el pasado no es suficiente.
El patrimonio histórico, arma de futuro.