Si buena parte del capital español está bien guardadito en bienes inmuebles, ¿podemos quejarnos de que el país no alcance ni la mitad de su potencial creativo y económico? Como no nos atrevemos a invertir, pues tampoco nos merecemos pertenecer al primer mundo.
Antonio Aramayona cuenta la historia de una joven con varios títulos que ha ido pasando de un contrato basura a otro. Un enorme desperdicio de potencial creativo y unas ganas enormes de no ganar dinero. Luego concluye: “Nos quejamos después de que la juventud no tiene valores ni ideales, pero nos equivocamos: tienen -
mejor, padecen- los valores del mundo que les hemos ido dejando. Nos quejamos de que muchos jóvenes pasan de política y son unos pasotas en general. ¿Y cómo no van a pasar de toda esa gente que supuestamente los gobierna y los dirige, si están ahítos de palabrería? ¿Y cómo no van a pasar de toda esa gente si constatan que tantos sindicatos son organizaciones endógenas con mucha burocracia y relaciones públicas, pero que de hecho los dejan de lado, como si fuesen un mero problema colateral? ¿Y cómo no van a pasar de toda esa gente si “el deber de trabajar” y “el derecho al trabajo”, de los que habla la Constitución, se convierten muy a menudo en una sala de bingo o en un enorme vertedero de basura?.”
Curriculos en la basura.
2004-07-19 15:46 Du bist
wie immersehr nett. danke vielmals! Antonio Aramayona