Marlon Brando. Guapo hasta el insulto; atractivo con sudor o moribundo. Magnético hasta en el más desagradable de sus papeles. “Para el método tradicional de actuación, el de Humphrey Bogart y del cine clásico, Marlon Brando significó el final. Él mató a la actuación severa, rígida y poco natural. La improvisación, los tics, los gestos, los balbuceos e incluso la manipulación de accesorios como guantes, gatos, pañuelos, convertirían a sus personajes en seres de carne y hueso muy diferente de las figuras de papel maché que lo antecedieron. De su método él decía “Ella (refiriendose a Stella) me enseñó a ser real, a no intentar sacar durante la actuación una emoción que no haya experimentado personalmente.””.
Miguel Esquirol,
El hombre de las mil muertes.