“Se arriba a un baño público con la urgencia más urgente. Nunca antes de contar con la certeza de que no hay otra opción”, y la urgencia se suele convertir en desesperación al toparse con la cruda realidad del estado multiorgánico presente; y aún así, lo más sorprendente es que siempre hay quien se queda más del tiempo estrictamentre necesario para aliviar la apremiante necesidad fisiológica; hay quién se limita a leer los retazos de intimidad expuestos al público y quien decide ir más allá en su generosidad, aportando su propia cosecha a tan nutrida colección. Hombres y mujeres, por igual.
Laura Isola dedica su atención a lo
Escrito en el baño.