Oscar Raúl Cardoso,
Norcorea: el expediente de las armas nucleares: ”¿Por qué entonces Bush parece haber desestimado con Pyongiang el consejo siempre unidimensional de los “halcones” que lo secundan: resolvamos el problema coreano con el músculo militar? ¿Por qué, en cambio, parece dispuesto a ofrecerle a Kim y su régimen garantías explícitas de supervivencia y asistencia económica a cambio de que la enigmática Corea abandone su programa de armamento nuclear?
La mejor respuesta a cualquier gran interrogante es siempre la más sencilla, entre todas las que parecen verdaderas. Kim, sí, posee lo que en el caso de Saddam, Washington inventó con un desparpajo que está comenzando a lamentar: al menos una de las tres clases de armamentos que encajan en la temible definición “de destrucción masiva”.”