Tengo la impresión de que en Aragón no paran de hacer cosas, de que hay entusiasmo hacia el futuro y sobre todo, ganas de trabajar. En la Comunidad Valenciana parecía, hace un tiempo, que también íbamos a hacer muchas cosas. Aquí la gente también trabaja y tiene ganas de trabajar. Pero empiezan a escasear las ideas. El Boletín Oficial sale cada vez más delgado. Mientras hubo dinero, no se hizo nada para que la iniciativa privada aprovechara el dinero y se volviera un poco más aventurera, con inversiones menos seguras pero mirando al futuro. El proyecto de la Valencia-California (con quien nos comparábamos hace un par de años) está parado, no se supo involucrar al pequeño y mediano inversor. O se le excluyó. Esto viene a cuento del entusiasmo aragonés, que percibo en el artículo de
Juan Bolea. Es significativo que acabe con la siguiente frase: “Hay que seguir trabajando.”
Teruel existe.