Hugo Caligaris abre un nuevo frente en la diplomacia internacional con un argumento a la vez novedoso e incontestable: “Ya que nuestro fuerte [Argentina] es el juego y que en el próximo Mundial tendremos la oportunidad de enfrentarnos con representativos de diversas potencias, sugerimos explorar la posibilidad de poner en juego otras cosas además del honor deportivo y una copa sin demasiada utilidad práctica. Si vencemos a Inglaterra, pidamos créditos, becas para estudiar en Londres y cargamentos de whisky, cerveza y té a mitad de precio. Si nos imponemos a España y a Francia, exijamos que las empresas telefónicas rebajen los precios…”.
Juego.