Carlos Colón: “No son sólo ya los paisajes urbanos indiferentes entre los que cotidianamente vivimos sin posibilidad de recibir algo de ellos en forma de memoria, placer o acogimiento, sino los nuevos espacios cerrados en ellos mismos, aislados del entorno, cráteres de tiendas y cines recorridos por galerías que recuerdan a la infernal Suburra nenoriana del Satiricón de Fellini o a las pesadillas de futuro imaginadas por Ray Bradbury. Se acaba de inaugurar otro en las afueras de esta Sevilla que se ha convertido toda ella en afuera de sí misma. El mismo cráter central, los mismos corredores, el mismo aislamiento del entorno… No todo es así, afortunadamente. Pero cada vez son más los que, privados de toda posibilidad de elección por sus carencias educativas, aceptan esta imposición o esta inducción como libre elección. Mientras unas partes de las ciudades, las más, quedan desertizadas de vida comercial y otras, las menos, se convierten en terreno acotado para los ricos en dinero o en educación.” Cráteres comerciales.