Jorge Coarasa nos acerca a uno de esos lugares olvidados donde su condición de arrabal y vertedero histórico de la basura del primer mundo se cobra ahora un carísimo precio en vidas y derechos humanos: “Al igual que Papi Konde, alrededor de 100.000 mineros congoleños fueron expulsados de Angola entre enero y mayo de este año, según informa Naciones Unidas. Las expulsiones forman parte del intento por parte del gobierno de Angola por consolidar su control sobre las minas de diamantes que durante más de 25 años financiaron al grupo guerrillero UNITA (Unión Nacional para la Independencia Total de Angola). La extracción de la preciosa gema ha dependido de unos 500.000 mineros independientes, conocidos como ‘garimpeiros’, provenientes de todo el continente africano y que en su mayoría se encuentran en Angola de manera ilegal. Tanto la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA), como la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) han denunciado que las deportaciones masivas han ido acompañadas de humillaciones, violaciones y asesinatos.”
Angola, otra crisis humanitaria a las puertas.