Agustín Ijalba,
El malestar de la cultura occidental: ”¿Cómo se explica que esa permanente insatisfacción, ese sentimiento de carencia y de escasez estén tan arraigados en nuestra cultura? La aceptación de nosotros mismos como seres vivos que se sienten y se piensan libres requiere el previo reconocimiento de nuestras limitaciones, requiere saber que nuestras acciones son producto inexorable de nuestras carencias. Y que tanto el
no como el
sí pronunciados de pie frente a la encrucijada responden en último lugar a nuestra limitada capacidad de decisión. Toda bifurcación de caminos es una prueba de fuego: quien después de elegir se detiene, retrocede, vuelve a pensar, mira otra vez lo no elegido y opta al final por esto último, acabará por echar de menos la primera opción, y le acechará insistente una pregunta: ¿cómo hubieran sido las cosas de haber seguido el primer sendero?”