Héctor Daniel Massuh escribe sobre la necesidad en Argentina de un banco de desarrollo que financie el resurgimiento económico sin tener que recurrir a los presupuestos del estado. Es mejor idea que las subvenciones, claro, aunque no las sustituya totalmente, ni al mecenazgo para la investigación. “Asombra la escala de financiación del Bndes [Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social], que está actualmente en el nivel del mismo Banco Mundial. Con un total de activos de US$ 38,6 mil millones al 31 de diciembre de 2002 y un presupuesto anual de desembolso que ronda los US$ 9,6 mil millones, es la principal agencia federal para financiación a largo plazo y pieza clave en todas las fases del desarrollo de Brasil, hoy con eje en la modernización de las industrias productivas, infraestructura, apoyo a las exportaciones, desarrollo social, pequeñas y medianas empresas y microemprendimientos. El banco financia a empresas privadas en todas las áreas, incluyendo las compañías extranjeras ubicadas en Brasil.”
Hacia un banco argentino de desarrollo.