Tiemblo al decir que estoy más o menos de acuerdo con el fondo de los argumentos de
César Alonso de los Ríos, sin la pompa y el tono y el catastrofismo. Lo que me pasma, más claro en el partido en la oposición que en el articulista, es cómo indigna, altera y delezna ahora lo que ellos llevaban 8 años ejerciendo sin pudor.
Esto es el totalitarismo: “Pero Caffarel no sería más que un problema personal si no fuera el instrumento de un partido que juega, a la vez y sin rubor, con el más grosero anticapitalismo y con el capitalismo más sofisticado, propio de empresas muy poderosas que funcionan, en realidad, como intelectuales orgánicos de ese partido, del PSOE.
¿Es consciente de ello Caffarel? Por su ingenuidad, por el tono con el que se expresa, da la impresión de que ella misma no sólo no se considera una teórica del totalitarismo informativo sino que es una purista de la comunicación, lo cual la convierte en algo especialmente temible.”