Ya han pasado 25 años de transición y empieza a ser el momento de que las excusas se diluyan. España ha sufrido durante cuarenta años un régimen ilegal y criminal, y a su término se ha tenido que soportar la ignominia de no haber culpables ni perdón y de no restituir el estado legítimo de las cosas. Que, además, sigamos ignorando a las víctimas es triste, patético y peligroso.
José Antonio Martín Pallín,
Sin pasado no hay mañana: “Ahora, algunos pocos supervivientes y los familiares de los muertos reclaman, de manera serena y sin el menor espíritu de venganza, que les dejen enterrar a sus muertos y se restablezcan sus derechos. [...] Los jueces del Tribunal de Núremberg dijeron claramente que, los países que asumen los valores universales de la paz, la justicia y el reconocimiento de la dignidad del ser humano, no pueden permanecer impasibles ante los actos de barbarie. Los familiares tienen derecho a este reconocimiento y deben contar con la ayuda del Estado para encontrar a los muertos desaparecidos. Las sombras de su recuerdo necesitan encarnarse en los restos enterrados en la tierra común de todos los españoles.”
2004-06-16 18:19 Veo que nos ha interesado el mismo artículo, no exactamente por motivos opuestos: http://elrincon.redliberal.com/001032.html
2004-06-16 18:29 Pues a tenor de lo que dices allí sí creo que nos ha interesado por motivos opuestos. Y en lo que a mí respecta no se trata de eliminar a la derecha. En democracia, la oposición &mdashsí querría que estuviese ahí— es imprescindible, necesaria e irrenunciable. Sin democracia, lejos de eliminar a la derecha, hay que recordarla y recordarla bien para que no puedan volver a hacer lo mismo. Me refiero, claro está, a la derecha golpista. Saludos.