Menudo bluff. Los resultados de las elecciones europeas deberían hacer saltar el dispositivo de alarma sobre el estado de salud de las democracias de la zona Euro. No es anecdótico que estas elecciones las haya ganado la abstención, sino más bien un síntoma evidente de una enfermedad que se exterioza por el desinterés de la ciudadanía europea ante un proceso de construcción política ajeno a la voluntad y participación democrática. El qué estamos haciendo con la UE resulta cada vez más un laberinto ofuscado que un horizonte esperanzador de convivencia social y política.
Carlos Carnicero dice que se trata de
una Europa que no apasiona; es obvio, pero la cuestión verdaderamente importante a resolver es el por qué.
Roberto Blanco Valdés cree que es “la forma burocratizada y oligárquica
es decir, poco democrática en que se está culminando el proceso de construcción de la Unión política europea” la que no cuaja.
Europa: espalda contra espalda.
2004-06-14 14:41 Elegir un parlamento que no vale para mucho, a unos señores eurodiputados que una vez elegidos se van a Estrasburgo y si te he visto no me acuerdo, en unas elecciones de una maquinaria burocrática que sirve para poco más que para pagar subvenciones… no tiene mucho sentido para un día de playa o piscina como el de ayer. No hay que buscar más allá.