Con el liberalismo —el de verdad, no el de la derecha española— pasa como con el anarquismo o el comunismo puro: suenan bien, parecen bien armados, pero son impracticable. En
¿Qué es el intervencionismo? George Reisman explica, un poco farragosa y poco ágilmente, cómo los Estados pierden dinero y eficacia por practicar un liberalismo a medias: “Estos costes extraordinarios representan la naturaleza misma del intervencionismo. Como hemos visto, mientras hay intervencionismo, se prohíbe a los individuos realizar acciones pacíficas que estiman que van en su propio interés, y se les obliga a realizar acciones que van en contra de sus intereses. Una variedad importante de acciones que los individuos juzgan que van en su propio interés son aquellas que hacen posible que consigan mejores resultados y menores costes. Las acciones que tratan de evitar son aquellas con las que consiguen resultados más pobres e incurren en mayores costes. Impidiendo que los individuos hagan lo que va en su propio interés y obligando a que hagan lo que van en contra de su interés, no es sorprendente que el intervencionismo logre contener el progreso y aumentar los costes.”
2004-06-14 17:27 Marcos, solo diré que George Reisman es seguramente el mayor experto en intervencionismo. Especialmente en intervención de precios. Escribió un libro, “El Gobierno contra la Economía” que según el Nobel Friedrich Hayek es el mejor sobre el tema. Más tarde perfeccionó sus argumentos en su descomunal (por el tamaño, pero también por su valor) Capitalism. Un saludo.
2004-06-16 03:33 Yo soy de la opinión contraria a la de Marcos: es en la medida en que los sistemas comunista puro o liberal puro no pueden existir, que las sociedades funcionan. Precisamente es sobre una base holista de la sociedad que el liberalismo y el comunismo, con su antropología irrealista, provocan catastróficas consecuencias.