He encontrado un artículo realmente curioso, medio en broma medio en serio, que es una forma de hablar muy mexicana. En él,
César Fernando Zapata intenta averiguar a qué otra nacionalidad se parecen los mexicanos. Hace comparaciones con países de toda América, con España, ¡con Japón!, y por fin llega a la conclusión de que a quienes más se parecen culturalmente los mexicanos es a los árabes. Zapata da varios ejemplos, aquí está el número siete: “En México, es cierto, no hay religión de Estado. Pero en la práctica la religión impregna todos los aspectos de la sociedad, y hay de aquél que se atreva a despreciar en público los símbolos sagrados. Estos símbolos pueden ser religiosos, pero también políticos, históricos y sociales. Pobre de aquel que se atreva a insinuar alguna palabra contra los personajes que representan estos símbolos, los “héroes patrios”. Casi, casi los elevamos al nivel de profetas sin cuestionar sus defectos humanos. (A muchos ya se nos ha olvidado que de hecho lo fueron, de tanto que nos machacan su “heroicidad” en las escuelas). Si uno de atreve a insultarlos o poner en duda su “santidad”, ya se puede esperar una ‘intifada’ ideológica en su contra. Sólo que en vez de sentenciarlo a muerte, se burlarán de él, le cerrarán los medios, lo dejarán sin chamba o de perdido le dejarán de hablar los amigos.”
Los mexicanos: ¿Musulmanes encubiertos?