Dice
José Cervera que “la idea de las patentes no es intrínsecamente mala. Consiste en que la sociedad, a través del estado, le proponga a los inventores un trato: si hacen pública su invención se les garantiza un periodo fijo de monopolio en su uso”. Que la idea sea original, signifique una verdadera innovación y sobre todo que no sea un aprovechamiento de algo ya existente o de propiedad pública
de toda la sociedad son algunas de las condiciones que se establecen para hacer efectivo el reconocimiento de una patente. Las dudas me asaltan llegada a este punto ¿cómo justificarían el hecho de que
Microsoft patentó el click y hasta el doble click? sí, ese movimiento rítmico que tenemos casi automatizado en la navegación diaria por la Red.
El colmo del absurdo; ¿querrá esto decir que el “pásalo” podría ser patentado como metodología participativa de trabajo?. Para pensárselo.