La piratería discográfica desde otro punto de vista: el del inmigrante que los vende:
¿Tu disco esta en el Top Manta? Enhorabuena … qué putada, de Bruno Galindo: “Y, ¿cómo operaban? Más o menos así: los discos tostados (valor: 125 pesetas) eran vendidos a distribuidores de área (por 250 pesetas), y éstos a Amadou, que los vende en su sábana a un valor máximo de 1.000 pesetas unidad. Según la SGAE, hay unas veinte o treinta ‘mafias gordas’ y un número incalculable de grupos menores, ‘montados por cualquier listo que hace una pequeña inversión en ordenadores y organiza redes de esclavos con 20 ó 30 personas’.”