Yo lo primero que les diría a nuestros directores, productores, actores… de cine que protestan por cuotas de pantalla, subvenciones y políticas es que hagan buenas películas; después, claro, entraría a discutir con ellos, y apoyar en muchos casos, sus reivindicaciones.
Juan Urrutia da algunas razones por las que sus protestas pudieran no ir desencaminadas: “El conjunto de elección está distorsionado porque se dobla el cine americano. Además, como las preferencias son endógenas, es plausible que una campaña ad-hoc cambiara las preferencias a favor de nuestra balanza de pagos. Y es perfectamente posible que el espectador español se encuentre atrapado en una situación subóptima en la que no deja de ir al cine de espectáculo justamente porque los demás lo hacen y desea tener conversación con sus amigos. Si un número suficiente de espectadores cambiara de hábitos quizá alcanzáramos un equilibrio mejor para cada uno de nosotros y para la industria española.”
El cine español.