Gabriela Massuh: “Kafka mismo confesó a menudo su “imposibilidad de ser del todo”: no se dedicó por entero a la escritura, siguió manteniendo hasta donde le permitió su salud su puesto de procurador en la compañía de seguros donde trabajaba. Nunca llegó al matrimonio a pesar de varios intentos dolorosos y frustrantes; no era checo aunque hubiera nacido en Praga, no era alemán aunque ésa era su lengua; era judío pero jamás se sintió parte de la colectividad judía de Praga. “Querría estar muerto para observar cómo se realiza el duelo por mí” le dijo a Max Brod dos años antes de morirse, confensándole que le tenía miedo a la muerte porque todavía no había comenzado a vivir. Si hubo alguien que experimentó el delicado equilibrio de vivir solo en los bordes de su propia existencia, ése fue Kafka.”
Máquina Kafka.