El título es suficientemente claro y atinado, y no necesita cometario:
En las aulas ciudadanos; en las iglesias fieles, de
Adrián Fernández Martín“La única forma de convivir en nuestras sociedades multiculturales es reafirmarnos su tradición laica exigiendo democráticamente que la cuestión de la confesión se relegue a la vida privada. Cada cual escoja su fe pero no pretenda utilizar las instituciones nacionales para su particular proselitismo. Que el Estado de derecho garantice que la religión se mantenga en la esfera de la privacidad. Que el Estado laico persevere en su compromiso con la libertad de expresión (religiosa, política,etc) y la neutralidad de sus instituciones. Precisamente porque las instituciones democráticas son de todos, no pueden estar al servicio de intereses particulares.”
2004-05-29 02:30 En las aulas ciudadanos sí, pero cultos. Y la religión sigue incluyendo (a la vez que una dimensión absolutamente privada y personal) contenidos culturales que tenemos que articular dentro de nuestro sistema. Precisamente el problema consiste en saber cómo conseguirlo, y no en cargárselo todo haciendo tábula rasa. Los que nos dedicamos a enseñar notamos las carencias que los alumnos tienen al respecto y que condicionan sus posibilidades. Para explicar a Hegel, por ejemplo, necesito hacer una referencia a Lutero. Cuando hablo de Averroes necesito hablar del islam. Y ninguna de esas cosas pertenecen a la vida privada (se pueden encontrar en cualquier enciclopedia). El problema no es eliminar la religión del sistema educativo, sino, a mi juicio, discernir qué parte de la religión es personal, y qué parte de la religión es cultural. La cultural, por supuesto, en las aulas. La personal (si se tiene) en la vida privada.