Este principio de siglo se va a destacar, en lo político-social, por el fantasmagórico uso que de la realidad hacen los dirigentes: los problemas no se solucionan, no se enfrentan, no se atajan: se les cambia el nombre. ¿Que en la cárcel de Abu Ghraib cometieron atrocidades los soldados americanos? Pues se destruye y se edifica otra con un nombre nuevo, que no sé si ya está decidido, pero que bien pudiera ser «El descanso feliz» o «Paraíso de Libertad Trasitoriamente Restringida». ¿Que Bush es muy criticado por mantener las tropas en Irak y no devolver la soberanía al pueblo iraquí? Fácil, dicen que les dan la soberanía a partir del 30 de junio y que, aunque las tropas seguirán allí indefinidamente bajo mando americano, a eso ya no se le va a llamar «ocupación» sino «fuerzas multinacionales». Y todos los iraquíes tan contentos y felices, corriendo por el monte como Heidi porque ya no están «ocupados». Claro, les fastidia un poco que ahora las «bodas» se llamen «nidos de terroristas» o que los «muertos» sean «efectos colaterales», pero lo aceptan, lo aceptan, que todo va en beneficio de conseguir la «soberanía», que no «protectorado imperial», ojo. Juan Gelman analiza el discurso de Bush sobre el 30 de junio iraquí: Curiosidades de un traspaso