David Iwasaki hace una entusiasta defensa del europeísmo frente a intereses localistas y pretensiones de hacer de Europa otro Estados Unidos: “El europeísmo ha sido más que una ilusión que ha contagiado a ciudadanos de países muy distintos. Los beneficios de una Unión completa son defendidos al tiempo que se impulsa con responsabilidad el proceso constituyente que hace del territorio integrado en la UE un gran espacio en el que priman los valores universales compartidos y bajo el cual se desarrolla un modelo de convivencia incluyente. El europeísmo es un pensamiento trasversal a todas las ideologías; es por ello que no ha podido ser desactivado por quienes quieren echarle el freno a una Europa que devora viejos mitos. El entendimiento entre diferentes ha generado a partir de este proyecto aquella utopía que, dicen, es la última que queda en pie: la utopía llamada Europa, basada en un ciudadano cosmopolita y en una identidad abierta a la diversidad.”
El europeísmo y los fantasmas inexistentes.