Una fotografía, incluso nuestra, es un misterio. Lo es principalmente porque parece representar con total fidelidad la realidad y se nos presenta entonces una ocasión inmejorable para estudiarla, analizarla y escrutarla. Pero el encuadre, el motivo, el color… necesitan de conjeturas para completar la historia que de allí se desprende.
Antonio Martínez lleva a cabo esa labor con una sugerente fotografía de Antonio Machado: “Nos inquieta su presencia por inesperada. ¿Quién será ese señor que ha quedado para siempre junto al poeta? ¿Qué habrán hablado hace un minuto entre ellos dos? ¿Habrá pedido don Antonio una gaseosa, tal vez un mosto? A la izquierda de la fotografía aparece su brazo, sujetando sutilmente un paño blanco, y su imagen se completa como un puzzle.”
Una sombra en el espejo.