“En tiempos anteriores al actual colonialismo ultratecnológico del Tío Sam, eliminar enemigos o hacerlos esclavos, violar a las mujeres y arramblar con el botín, estaban dentro de una lógica costumbrista de las cosas. Ahora, en el devenir del siglo XXI, nuestra civilización ha evolucionado hasta tal punto que, a pleno dia, estamos inmersos en la sala oscura de un cine en sesión continua”. Y es que después de tantos Rambos, Terminators y derivados fíjense que hay quienes se han creido que la vida es puro celuloide, y “con protagonistas en carne viva se nos ofrecen las paradójicas imágenes de la soldadesca norteamericana elevando la tortura al rango de normalidad, con regodeo en tecnicolor. Como jugando a bueno y malos”.
Bagdag también es Hollywood de
Patxi Ibarrondo.