Hay un tipo de defensa divulgativa del libre mercado que me pone de los nervios. Esa defensa que se basa en decirle al consumidor, Oye, tú puedes comprar lo que quieras, tienes esa libertad (aunque en realidad sólo se puede escoger entre lo que se ofrece, que puede estar bastante apartado de lo que se quiere). Pero la libertad de producción y comercialización se da por sentada. ¿Por qué no se dice, Oye, tú puedes producir y comercializar lo que quieras? Así se defiende la libertad de mercado pero desde otro punto de vista, menos pasivo, menos condescendiente. La diferencia está en que de una manera se defiende principalmente la postura de las grandes empresas; de la otra se defiende, y quizá se fomenta, la iniciativa privada, que es precisamente lo que hace falta para ampliar y difundir la libertad de mercado. Esto viene a cuento de un artículo de
Tibor R. Machan que acabo de leer:
Críticas al libre mercado.