José Luis García Martín se monta en
La máquina del tiempo —una revista del siglo XIX— y se da un paseo por las costumbres y prejuicios decimonónicos, y muy actuales: ”¿Triunfamos las mujeres?!, se pregunta Mariana Santurce. «Que las mujeres asistan a las aulas, que estudien, ya es cosa casi vieja, aunque no común. Lo que tiene su importancia es que un público, en líneas generales docto, aplauda calurosamente cuando, como ha ocurrido en la Universidad central, se presentan las señoritas estudiosas a recibir sus premios de honor. Esto supone que existe ya un movimiento simpático en la opinión&rquo;. Y termina orgullosa: %laquo;Lo que no hemos adelantado en siglos, lo adelantaremos en cuartos de siglo. No habrá necesidad de alcanzar el fin del XX para haber librado la gran batalla. Va a llegar la hora en que se proclame que la inteligencia no tiene sexo». La máquina del tiempo. A finales del XIX, parecía un gran logro que no se abucheara a las mujeres estudiantes; a principios del XXI, que no se hagan bromas con las mujeres ministras. Algo hemos avanzado.”